¿Cuál fue realmente el primer videojuego?
- Bismaarck Jarquin
- 6 feb 2020
- 3 Min. de lectura
Cuando nos preguntamos cuál fue el primer videojuego de la historia, probablemente nos venga a la cabeza la imagen de una versión ultra-simplificada de un juego de tenis: Pong. Pero estamos muy, muy equivocados: dos décadas equivocados.
No fue “Pong”
Pong fue una copia del juego de tenis incorporado en la consola de videojuegos creada por Ralph Baer, la Magnavox Oddysey. Nolan Bushnell, fundador de Atari, vió una demostración de la consola en 1972, y quedó fascinado por la simplicidad del juego de tenis. Tras fichar a Al Alcorn, un gran ingeniero, juntos crearon Atari y dieron a luz al primer juego de la empresa, al que bautizaron como Pong y que sirvió de combustible para el meteórico ascenso de la compañía.
Por supuesto, Ralph Baer, con Magnavox a sus espaldas, denunció a Atari por plagio. Acabó ganando, aunque la penalización económica final fue insignificante comparada con el volumen de ingresos que Atari consiguió con Pong, y con los sucesivos éxitos que creó gracias a las ganancias de su primer videojuego.

No fue “Space War”
En el año 1961, en el MIT (Massachussets Institute of Technology) contaban con un juguete nuevo: el enorme ordenador PDP-1. Los ingenieros que tenían acceso a él decidieron comprobar hasta dónde era capaz de llegar este hardware, así que decidieron escribir para él un programa que cumpliera los siguientes requisitos:
Tenía que llevar los recursos del ordenador al límite.
Tenía que ser interesante. Cada ejecución tenía que ser diferente.
Tenía que implicar al espectador de un modo activo.
La conclusión que sacaron es que tenía que ser un juego. Así nació “Space War”, el primer videojuego espacial. El concepto era sencillo: dos pequeñas naves, inicialmente situadas a los extremos de la pantalla, que tenían que aniquilarse la una a la otra. Cada nave era controlada por un jugador. Para hacer el juego más interesante, en el centro de la pantalla había un pequeño sol, que ejercía una fuerza gravitatoria que atraía a las naves.

No fue “Tennis for Two”
Willy Higinbotham, después de participar en el proyecto Manhattan fabricando microchips, terminó trabajando en los laboratorios “Brookhaven National”, propiedad de los Estados Unidos de América, como jefe de instrumentación.
Con tal de animar la jornada anual de puertas abiertas de los laboratorios, decidió crear un entretenimiento diferente: un pequeño videojuego. Construyó un dispositivo mecánico conectado a un osciloscopio a modo de pantalla. Era el 1958 y había nacido el primer videojuego deportivo: “Tennis for two”.
El juego, como su nombre indica, estaba pensado para dos jugadores, y se controlaba mediante dos cajas metálicas que contenían dos elementos: un botón que servía para devolver la pelota, y un regulador circular con el que se ajustaba la altura del golpe.
Contrariamente a lo que estamos acostumbrados a ver, la vista del juego era lateral, en lugar de superior. "Tennis for Two" era extremadamente sencillo: no era capaz de gestionar que la pelota tocara la red, no controlaba la posición de los jugadores, y por supuesto era incapaz llevar un control sobre la puntuación.

Entonces, ¿cuál fue el primer videojuego de la historia?
Si nos ceñimos a la definición formal de videojuego, que consiste en cualquier dispositivo analógico o digital con un dispositivo de entrada y una señal de vídeo como salida, el primer videojuego de la historia fue “OXO”, creado por Alexander Shafto Douglas, en el 1952.
Douglas era un profesor de informática en la universidad de Cambridge. Estaba realizando su doctorado sobre la interacción entre humanos y máquinas, y necesitaba un proyecto como complemento a su Tesis Doctoral.
Usando un teléfono de disco como dispositivo de entrada, un ordenador llamado EDSAC del tamaño de una habitación, y una pantalla capaz de mostrar una matriz de 35 puntos horizontales por 16 puntos verticales, Douglas pasó a la historia creando el primer videojuego: un tres en ralla al que bautizó como OXO.

El EDSAC (Electronic Delay Storage Calculator). Foto: Universidad de Cambridge.
Cada una de las casillas del tablero del tres en ralla correspondía a un número del teléfono de disco, del 1 al 9. Con el teléfono de disco, el jugador marcaba la casilla que deseaba jugar. El ordenador hacía sus cálculos, y mostraba su jugada en la primitiva pantalla. Una impresora se unía a la fiesta, mostrando información de la partida.

Un emulador del EDSAC, mostrando una partida al OXO.
Así que ya sabéis, cuando estéis tumbados en el sofá disfutando del último título de la PlayStation 4, tened en cuenta al ya difunto señor Douglas, ya que puso la primera piedra del inmenso rascacielos en el que se ha convertido el mundo de los videojuegos.
¡Gracias señor Douglas! Le estaremos eternamente agradecidos.
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